Comercio exterior de España en el siglo XV
La regiones que mantuvieron un comercio más prematuro con otros países fueron Galicia y Vascongadas. Por sus puertos se exportaban los productos de Castilla, Navarra y Aragón hacia los puertos del norte de Europa. A mediados del siglo XIII ya se celebraron contratos con Flandes y Alemania sobre los artículos españoles.
Una vez conquistada Sevilla, se convirtió en un emporio comercial al que acudían naos con mercancías de diversas partes del mundo: de Tánger, Cuta, Túnez , Bugía y Alejandría; de Génova, Pisa, Portugal, Burdeos, Bayona, Sicilia Y Gascuña.
La flota reunida por el almirante burgalés Ramón Bonifaz para la conquista de Sevilla (1248) y el establecimiento de astilleros en esta ciudad y en otros puertos, dio un primer impulso a la marina mercante, base del comercio exterior castellano.
Los vinos y otras mercancías procedían de la agricultura del valle del Ebro. Arroz y azafrán se exportaban también a Flandes. La industria de Valencia, Cataluña y Mallorca, que producía papel, sedas, objetos de latòn, cerámica y trabajos en cuero, proporcionaban artículos comerciales, apetecidos en Europa.
La producción arogonesa y catalana utilizaba los puertos del Cantábrico y los de Cataluña. En los fueros aragoneses y en los Usatges catalanes abundan las disposiciones dictadas para proteger a los mercaderes de mar y de Tierra. El puerto de Barcelona fue visitado por mercaderes de muchos paìses.
Los reyes católicos promulgaron numerosas cèdulas y pragmáticas para favorecer la agricultura, la ganaderìa, la industria y el comercio.